Lo que se estaba gestando

Hace unos meses escribí mi primera entrada llena de una energía especial y decidida a que fuera la primera de muchas. Esta energía especial al poco me entere de lo que era... otro bebé, otra joya, otra alegría y un milagrito para nuestra familia! Mirando atrás entiendo mejor esta sensación de estar formando una crisálida, de estar anidando! No podía estar más acertada verdad!



Por otro lado esa energía preciosa de una madre gestando, haciendo lo que sólo nosotras podemos, sintiéndome fuente de vida, con los pies bien arraigados en la tierra y la cabeza siguiendo la brisa, esa energía se iba desvaneciendo poco a poco. A medida que avanzaban los días, me iba entrando un sueño... Toda embarazada entenderá de lo que hablo y si ya tiene un hijo más!

Tras la inmensa alegría que la llegada de este milagrito (ya hablaré más de porque es un milagro), llegó el miedo! Miedo a que pasará algo, que no llegará a termino, miedo a que hubiera cualquier problema. Cuando ya has perdido un hijo pierdes la inocencia y ese optimismo incondicional que suele acompañar la maternidad (ya hablaré también de las pérdidas perinatales).



Pero luego hicimos la ecografía de las 12 semanas y pude tranquilizarme, verle, contemplar el milagro de la vida y maravillarme de los avances de la ciencia! Y luego vinieron las pataditas, aaaaah las pataditas, esa primera interacción con nuestro bebé!!! Finalmente y por ahora vino la ecografía de las 20 semanas y ya sabemos que es un niño! A ver como me apaño yo con el pito, jejeje!


Ya de 23 semanas, las molestias del primer trimestre acabadas o al menos atenuadas, ya me siento con más energía de nuevo y vuelvo a emprender esta aventura de contaros nuestra maternidad con la  esperanza que os interese y con suerte inspire y ayude.

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